miércoles, 3 de abril de 2013

¿Preocuparse o no preocuparse?


Algunas de las personas con las que trabajo me manifiestan enormes preocupaciones por cuestiones que a veces incluso se escapan a su alcance. Cuando les explico que preocuparse solo provoca una gran pérdida de energía que les resta capacidad para poner su mente a trabajar en buscar soluciones, me dicen que "dejar de preocuparse" sería como no querer a la persona que tiene el problema, sería como ser egoísta y pensar solo en ti, que es imposible dejar de preocuparse, que es de mala persona o de persona insensible.... una larga lista de excusas para no ver lo que está detrás.
Además, cuanto más te enfocas en el sentimiento que te produce un problema, en este caso la preocupación, atraes más, mucho más de lo mismo. Enfocarse en la solución, es ver la situación resuelta, es restar energía al problema e imaginar una de las múltiples posibilidades de otra realidad futura donde ese problema no exista.
Este artículo que acabo de leer viene perfecto
Extracto del artículo "6 ventajas de preocuparse" de la coach personal Isabel Sales

¿Por qué le damos más importancia a la preocupación que a la acción? Es como si de alguna manera creyésemos que si todos nos preocupamos mucho más sobre un determinado tema, quizá podría solucionarse el problema, simplemente por el hecho de preocuparse.

Estas son las 6 ventajas de preocuparse:

1- La preocupación es una actividad del momento presente. Asi que si gastas tu vida actual inmovilizado por la preocupación que te inspira el futuro, puedes evitar el presente y lo que haya en él de amenaza (responsabilidades, tareas por terminar, etc)
2- Puedes evitar tener que correr riesgos usando tus preocupaciones como excusa para inmovilizarte. Así evitas el riesgo que supone la acción. ¿Cómo vas a poder actuar si estás preocupado con tu problema del momento presente?
3- Puedes decir que eres una persona cariñosa o muy amante de los tuyos porque te preocupas por ellos. Es malsano pero da bastante buen resultado.
4- Sirven para justificar ciertos comportamientos autofrustrantes. Por ejemplo, si eres fumador verás que fumas más en situaciones difíciles y puedes usar tu angustia y tu preocupación para no dejar de fumar. La preocupación te ayuda a evitar el cambio, que es lo que realmente solucionaría el problema y terminaría con la preocupación, vaya paradoja!
5- Las preocupaciones impiden que vivas tu vida. Los angustiados se quedan quietos preocupándose por todo mientras las personas activas y positivas tienen la necesidad de moverse. Por lo que es un recurso muy hábil para mantenerte inactivo, y es más fácil angustiarse que comprometerse con la acción.
6- Una intensa preocupación puede provocar úlceras, hipertensión, dolores de cabeza o de espalda y otras dolencias por el estilo, y como resultado obtienes mucha atención de parte de los demás y también autocompasión. Y mucha gente prefiere ser compadecida que realizarse.

Así que... tú decides.
Te recuerdo que hay muchas técnicas que te pueden ayudar a salir de esa espiral de preocupación-innacción, o bien a descubrir qué bloqueos ocultos pueden estar detrás de esa actitud. Patricia Rómer

La lectura de este libro te resultará inspiradora y de gran ayuda

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